jueves, 14 de agosto de 2014

Quiero enviar un mensaje entre líneas que solo una persona vea, y eso acabo de hacer.

sábado, 14 de junio de 2014

Desconexión

Siempre fui un caso especial. Mmh, no, no siempre. La mayor parte del tiempo no lo soy, pero a veces sí y con eso me basta. Siempre buscando ser diferente, lo he sido. Pero no porque yo lo haya logrado, algo de mágico traigo. Y ahora que ya abrí la entrada con un par de líneas anti lectores indeseados, procedo con lo mío.
Hay cosas en la memoria que no abandonan, solo se esconden. Me gustaría decir que para salir en el momento indicado, pero no. En lo personal, ya he tenido bastantes traspiés debido a esto, aunque no soy el único, ni mucho menos el primero, en sentirme alguna vez un imbécil. Imbécil, una de tantas palabras que se me hace insoportable escuchar de otra persona, pero que me dedico a menudo. Una palabra bastante útil, ya que permite insultar independiente del género, mucho más cómodo que revisar si debes decir "maldito perro" o "maldita perra", por dar un ejemplo. Aunque siempre nos acompañarán en esto los anglicismos típicos, propagados por hipsters (que dejan de ser hipsters por ser too mainstream) y el porno. Quizás porno hipster. Ya preveo un aumento en el contador de visitas por haber escrito "porno" tres veces (a decir verdad no, pero tengo que rellenar con algo, ¿no?).
Hay cosas que solo se esconden en la memoria, aunque eso depende de cada uno. Por mi parte, soy demasiado consciente de lo real, si es que eso existe. Más bien a lo tangible, acaso mi cuerpo existe. ¡Vaya! Esto se complica. Al menos yo existo, puedo estar seguro de eso, tanto como Descartes estuvo seguro de que existía (si es que existió, ¡qué calamidad!).
La memoria esconde muchas cosas a gusto y disgusto, y otras por composición aunque no es el tema. En todo caso, es curioso eso de su composición. Siempre quise saber donde estaba todo lo que soy, lo que pienso, lo que vivo. Las cosas que no logro comprender me hacen sentir una especie de vacío, presente también al programar algún sistema, el cual parece que es inteligente, pero que veo y siento como un montón de arreglos para dar la impresión de que está funcionando, debido a su entrega correcta de datos. Siempre he querido modelar algo con pensamiento propio, algo con capacidad de deseo. Y sé que no soy el único. Pero siempre las cosas se limitan mucho más bajo de lo que yo mismo soy.
Hay tanto escondido en la memoria. Todo lo que me rodea ha pasado por mi cabeza, y siento que las cosas danzan en un revoltijo sin forma de sueños rotos, música, pianos, fotografías de todo tipo, bisexualidad, promesas cumplidas y falladas, promesas esperando consumarse, besos, piel, deseos inculcados, basura cara, etc. Vivir esperando la excusa perfecta para hacer las cosas, puede dar muchos puñetazos.
La nostalgia es hermosa. A veces pienso que solo la tristeza te hace vivir y sentir de verdad. Ya lo dijo Fito, "la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren". Esto trae a mi mente a Einstein con "no guardes en tu cabeza lo que quepa en tu bolsillo", de donde entendí inicialmente usar la cabeza para cosas grandes, aunque en algún momento miré a través de otros lentes, quizás otros ojos, otra mente, y entendí que cualquier información puede pasarse a un papel o a algún almacén de memoria, y aunque necesites un bolsillo tan grande como no imagines, la información puede guardarse, pero hay algo que no: sensaciones, experiencias, sentimientos, dolor.
Siento nostalgia. Es un gran avance haber dejado la toska(ruso).  Quiero revivir algunos momentos. Y me apeno de no haber vivido otros que habrían sido hermosos en otra etapa de mi vida. Prácticamente vivo en la sehnsucht. Ahora mismo, escribiendo esto, pienso y me invade una sensación de vacío que cada vez me cuesta más llenar, dejando espacio solo para dedicarme una palabra intempestivamente:
"Imbécil".

lunes, 2 de junio de 2014

maricones de mierda

A veces me gusta hablar, otras no tanto. En algún momento decidí cambiar la habladuría por la acción, debido a decepciones conmigo mismo. Hoy estoy desesperado por romperle la cara a más de uno, lleno de adrenalina en todo mi puto cuerpo, con los nudillos resentidos de golpear una pared. El mundo me parece una mierda y mi corazón arde en odio.

lunes, 13 de enero de 2014

Entrada número 100, aunque no todas publicadas. Eso significa unas cuantas pajas mentales y otras más de las de verdad. Quisiera que mi mente volara como antes pero los años llenando mi existencia con algo ajeno, niegan de a poco la necesidad de crear por mí mismo. Escribo, leo y borro. Escribo y borro aquellas displicentes líneas que salen de mí. Al menos ya no me miento ni me creo interesante. Quizás antes lo era, antes de mi "caída" tras chocar allá en la exosfera. Pero de cualquier modo, he cambiado. Al menos los inevitables cambios hacen más agraciada esta larga espera hacia la muerte.
Quiero empezar a jugar. Si no juegas no pierdes, pero tampoco ganas. Y los mejores movimientos no son los que haces tú directamente, sino los que hace tu rival con una idea insertada en su cabeza. Si quieres cerrar la puerta para no volver a abrirla no le pongas seguro, deja que lo hagan desde el otro lado.

Ya no quiero paz.

martes, 31 de diciembre de 2013

En el infierno no hay fuego, sino hielo eterno

Confianza, confianza, confianza, confianza... "Las personas son buenas si tú eres bueno con ellas", dijeron. "El egocentrismo es cosa de algunos". Sí, claro. Todos son buenos cuando pueden seguir necesitando ayuda. He ayudado bastantes veces solo por ver a la gente sentirse mejor, y todos sonríen, algunos diciendo que también lo harán conmigo cuando lo necesite. "Las promesas se cumplen". Basura, eso es la gente, especialmente los que se autodenominan buenas personas.

Un corazón vacío también puede romperse.

viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Hay siempre tiempo de remediar las cosas, o a veces simplemente debes resignarte a aquel destino que elegiste? No se nace siendo el héroe...

lunes, 2 de diciembre de 2013

Depresión

A veces te miras y ves alguien a quien despreciar. Hay veces en que quisieras poder cerrar los ojos y nacer para vivir las cosas que no te has permitido; hacer las cosas como debiste. Entonces piensas por qué no hacerlas ahora, y te das cuenta que jamás tuviste ni tendrás las agallas. Luego lloras por dentro.